Según el actual secretario de la entidad, la pasada administración no les entregó información sobre los procesos de vigilancia que se adelantaban en la entidad.
Desde canciones que rompen récords, hasta posibles fraudes bancarios o aplicaciones médicas innovadoras, esta nueva tecnología abre un mundo de posibilidades y preocupaciones éticas.
Según la demanda, las compañías tecnológicas “han usado millones de artículos protegidos por derechos de autor de los medios sin permiso y sin pagar para impulsar la comercialización de sus productos de inteligencia artificial generativa, incluidos ChatGPT y Copilot”.